Hoy te
quiero hablar de…
John Forbes
Nash, es un misterio. Lo era cuando,
antes de los 30 años, unas intuiciones casi sobrenaturales le convirtieron en
uno de los matemáticos más avanzados de su época; siguió siéndolo durante tres
décadas de miseria y delirio, bajo una abrumadora esquizofrenia paranoica, y lo
fue al emerger gradualmente de una enfermedad
psíquica considerada incurable. La biografía de Nash y la película basada
en ella hablan de una mente,
impresionante. La traducción española, que opta por el adjetivo 'maravillosa',
se ajusta algo más a la realidad. El cerebro de Nash produjo ideas geniales y
causó daños profundos. Se trata de una historia fascinante.
Nació el 13
de junio de 1928 en una zona remota de Virginia occidental, hijo de un
ingeniero electrónico y una maestra, y tuvo la infancia de un superdotado
intelectual: aprendió a leer muy pronto, fue incapaz de prestar atención en
clase, obtuvo siempre malas notas y demostró una aversión congénita a la
disciplina. El mayor problema, sin embargo, fue su falta de amigos. Nunca logró
establecer relaciones personales. Sólo dos chicos de su edad se aproximaron a
él en la adolescencia, cuando instaló en su sótano un laboratorio para fabricar
explosivos. Uno de ellos, Herman Kirschner, murió manipulando un artefacto, y
el otro, Donald Reynolds, fue enviado por sus padres a una academia militar
para que no volviera a tratarse con alguien “tan raro” como el joven Nash
El talento científico de Nash era evidente, pese a su torpeza
social. En 1945 ingresó en el Instituto Carnegie de Tecnología de Pittsburgh y,
tras probar sin éxito la ingeniería y la química, empezó a interesarse seriamente
en las matemáticas
La tesis doctoral de Nash, 27 páginas escritas a los 21 años,
contenía los elementos de una revolución en la teoría económica. Aplicó la
teoría de los juegos de Von Neumann a situaciones que implicaran conflicto y
ganancias, y concluyó que la 'partida' concluía cuando cada jugador, de forma
independiente, elegía su mejor respuesta a la estrategia de sus adversarios.
Esa idea simple, 'el equilibrio de Nash', permitía reemplazar con razonamientos
científicos la vieja magia de Adam Smith, la 'mano invisible' que movía los
mercados.
Aunque la enfermedad que sufría, esquizofrenia le dejó “al
amrgen” durante unos años, lo imposible ocurrió hacia finales de los ochenta;
poco a poco se iba recuperando. El éxito final se produjo en octubre de 1994,
cuando un John Forbes Nash, de 66 años recogió en Estocolmo el Premio Nobel de
Economía, por un trabajo realizado antes de cumplir los 30. Su discurso reflejó
su idiosincrasia: 'Parece que pienso otra vez racionalmente, de la forma que
caracteriza a los científicos. Sin embargo, eso no constituye un motivo para la
alegría completa, como si pasara de la invalidez a la buena salud. La
racionalidad de pensamiento impone límites en el concepto de mi relación
personal con el cosmos'.
Finalmente, John Nash falleció junto a su esposa el 23 de
mayo de 2015, en un accidente de tráfico al estrellarse el taxi que viajaban en
Nueva Jersey.
La vida de este genio me ha resultado impactante ya que me
parece que fue una persona muy fuerte al superar su severa enfermedad y además
seguir con sus investigaciones después de ésta.
En mi opinión la película hecha sobre su vida, como ya
he dicho “Una mente brillante” , nos permite conocerle con más detalle y es muy
interesante.
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